Que no se apague la llama

Que no se apague la llama
De la oracion, en los creyentes

¿Quien soy en Cristo?

Hoy hablaremos de lo importante que es conocer quien eres y que posición ocupas en el cuerpo de Cristo. Todos tenemos una función y un lugar específico desde donde podemos actuar para el reino de Dios. Nadie está por casualidad. Aunque no lo percibas, tú tienes un talento especial, un don que te ha sido dado para que cumplas con el plan del Señor.

Y a modo de ilustración, podemos hacer referencia al fútbol. Si uno compara un partido entre profesionales con otro entre amigos, verá que en el primero cada uno tiene un espacio definido; en cambio en un partido entre amigos generalmente todo el equipo va desesperadamente corriendo al mismo tiempo detrás de la pelota logrando que antes de que finalice el partido todos los jugadores estén extenuados.

Entonces, ¿cuál es la clave de esta diferencia? La clave es la preparación técnica y estratégica. Cada jugador profesional no se desespera porque sabe que cuando le toque jugar, estará preparado para desarrollar su función. El técnico ocupa un lugar muy importante ya que piensa en una estrategia y utiliza sus recursos para que el plantel logre la meta del partido ganado.

De igual manera, en el cuerpo de Cristo todos tenemos algo específico para dar. Sin embargo alguno no lo notan y por lo tanto no desarrollan aquello que tienen de parte de Dios y otros, por el contrario, creen que son súper espirituales y se consideran mejores que el resto. Nos tenemos que ver como Dios nos ve, ni achicarnos ni agrandarnos.


Es importante valorar lo que tenemos y no compararnos con el otro pensando que el regalo que ha recibido del Señor es mejor que el nuestro, ya que de esa manera surgen peleas, competencias y envidias. ¿Hay alguien más visible? ¿Hay quienes parecen invisibles? Para Dios nadie pasa desapercibido.

Sin importar de donde vienes, Dios antes de que nacieras, ya te había ubicado en un lugar estratégico según su plan. El Señor ya te conocía y quería usar tu vida de manera asombrosa!

¿Qué quiere Dios de ti?

Nº 1- Que uses tu vida y dones para seguirlo y servirle.

Hemos sido dotados de capacidades especiales, entonces debemos usar cada una para el reino de Dios. Algunos tienen el ministerio de la consolación y siempre están prestando el oído para aconsejar y animar, otros interceden y son quienes sostienen los ministerios y otros son pastores o evangelistas, pero todos, sin excepción tenemos algo especial para darle a los demás. Tal era el caso de Bernabé quien tenía un espíritu de compasión: él escuchaba y secaba lágrimas, consolaba y alentaba, mientras que Pablo irrumpía aún en los lugares más peligrosos para predicar; juntos formaban el equipo que llegó tan lejos en la predicación del evangelio en los primeros tiempos de la iglesia primitiva. Tenían diferentes dones y características pero actuaban unidos, creyéndole a Dios, y reconociendo que eran especiales para Él.

San Juan 12.26 Habla del compromiso. Si lo seguimos y lo servimos a Cristo, Dios nos honrara. ¡Gracias a Dios por cada hermano que, comprometiéndose de corazón, cumple con el llamamiento divino!

¿Cuál es tu función en el cuerpo de Cristo?

Nº2- Dios te ha dado la naturaleza divina.

Desde el momento en que decidiste rendir tu corazón y tu vida a Cristo, se produjo un milagro llamado: justificación. Esto se produce cuando uno se arrepiente de corazón y cambia de actitud, entonces Dios borra su pecado y lo declara justo. En ese momento recibimos en nuestra vida su naturaleza, la cual nos ayuda a desarrollar el plan y el propósito de Dios. No podemos hacer nada para Él si primeramente no ha sido transformada nuestra vida y Jesús no está en nuestro corazón.

No podemos seguirlo si primero no nos hemos convertido a Él y estamos totalmente rendidos.

Tienes la naturaleza de Dios en tu corazón por el Espíritu Santo; entonces ya no vivas como si estuvieses solo y sin fuerza… Eres alguien que tiene la naturaleza divina! Cristo vive en tu corazón! ( 2 Pedro 1:3-4)

Nº3- Te ha preparado para grandes victorias

Si has decidido servirle y tienes la naturaleza divina, es porque Él mora en tu corazón. Y si Jesús está en tu vida es porque has sido preparado para ir de victoria en victoria!

Pero para ver victorias, primero tengo que ganar las batallas. Entonces, ¿cómo saber en cada paso cual es el camino correcto? Para saberlo, es bueno siempre preguntarse: ¿Qué haría Jesús en mi lugar? ¿Qué pensaría? ¿Cómo respondería?

Cristo caminó por esta tierra venciendo gigantes a través de su fe y su obediencia al Padre. A quienes lo maldecían, les respondía con bendición. Entonces, no permitas que las heridas te detengan, su propósito es que tengas poder. Si estás herido, confiésalo al Señor y sigue adelante! No te escondas en tu angustia! Declara con fe que la victoria viene!

Estamos preparados para ganar, diseñados para vencer!

En 1 Samuel 14:1-14, vemos que el pueblo de Israel estaba bajo la intimidación de los filisteos y era tal la multitud de problemas que los rodeaban, que lo único que hacían era esconderse en cuevas. Sin embargo, Jonatán el hijo del rey Saúl, en lugar de acomodarse a la derrota, se animó a emprender una carrera de fe. Él había elegido una buena amistad que lo acompañaba a hacerlo, alguien que lo llevaba para arriba.
El ejército estaba en derrota, tal como en los tiempos de Goliat, estaban sumamente atemorizados pero Jonatán ya no quería esconderse sino ser un vencedor. Sabían que iban de parte de Dios y por eso no se resignaron al fracaso.

No es difícil para Dios darte la victoria! Solo es necesario que creas y actúes de acuerdo a quien tienes en tu corazón!

Ellos querían ver que era lo que haría Dios, la oportunidad de que se manifieste en la batalla. De la misma manera debes dejar que Él actúe en tu vida! En Él eres un vencedor así como lo fue Jonatán y su asistente. Mientras el pueblo se escondía, ellos se enfrentaron con los filisteos. A medida que iban subiendo, los enemigos caían vencidos por la victoria que el Señor les estaba dando.

Para cumplir con el plan de Dios es bueno tener en cuenta los siguientes consejos:

La gente que te rodea determina tu futuro.

Esta no es una generación que se esconda. Esta es una generación que se anima a lograr grandes conquistas para Dios! Jonatán buscó a un amigo que tuviera un mismo espíritu y la misma pasión de conquista.
Debemos aprender a detectar a nuestras amistades. Nos tenemos que alejar de las personas que nos llevan a las derrotas en lugar de las victorias. Debes aprender a elegir en tu círculo íntimo gente que conozca a Dios. Ese es un secreto que a uno lo lleva a acercarse siempre más al Señor. Rodearse de gente pura, con un testimonio impecable nos ayuda a crecer espiritualmente. Esto sin duda, te va a ayudar a cumplir tu ministerio.

Debemos alejarnos de las personas que mal aconsejan, quienes te alejan del plan de Dios, hay que evitarlos, con amor, pero definitivamente. Las personas de fe declaran la victoria hasta que lo ven plasmado en la realidad.

En Romanos 8:37 dice que en Dios eres más que vencedor! Tienes el espíritu de la victoria de Jesús! Tienes su naturaleza vencedora!

Como declara en 2 Corintios 2:14, somos un instrumento que trae gloria y honra! Dios te va a dar una gran victoria donde estés batallando porque tienes en tu corazón la naturaleza victoriosa de Jesús!

Según Filipenses 4:13 todo es posible! Además de conocer tu posición en Cristo, también tienes que conocer el propósito y su voluntad para el mundo de hoy.

¿Qué es lo que Dios quiere hacer en estos días?

Cada uno de nosotros somos sus instrumentos para que el mundo crea que Él es real y está vivo! Somos quienes manifestamos el perfume de Cristo, por eso cada lugar donde entres, que sea llena de la bendición de Dios.

Tú no eres un temeroso como el rey Saúl sino que tienes el espíritu correcto para lograr grandes cosas para Dios!

Todo lo que pidas creyendo lo recibirás. Pero debes recordar que la naturaleza divina espera la manifestación de la victoria sobrenatural. Espera el milagro, no esperes lo peor. No permitas que las heridas y desilusiones te alejen del plan de Dios. No permitas que otros maten aquello que Dios ha comenzado en tu corazón.



Que la herida no sea tu freno

Pedro lloró amargamente por haber negado a Jesús, pero al arrepentirse recibió el perdón. Él recibió el perdón de Dios que olvida. Y luego en el Pentecostés fue bautizado por el Espíritu Santo, predicó por primera vez ante muchísimas personas, fue el primer discípulo que levantó a una persona de entre los muertos y vivió muchos sucesos milagros más. Pedro había sufrido mucho, pero se levantó y pudo experimentar la naturaleza divina de Cristo en su vida!

Dios tiene mucho para darte, pero primero debes soltar la amargura y el rencor, porque de otra manera tienes tanto peso que lo divino en ti no puede actuar.

¿Estás dispuesto a olvidar la peor tristeza? Tenés que predicar el evangelio, tenés que sanar enfermos… basta de llorar por lo que te han hecho! Estás a punto de ver, como Pedro, la gloria de Dios. Aunque te acuerdes de tu error, si lo confiesas de corazón, Dios te perdonará y hará que el poder sobrenatural de Dios llene tu vida!

Hay quienes han sido heridos y han quedado caídos, y también hay quienes se levantaron y siguen adelante.

Pudiste haber caído pero Dios te ha llamado desde allí para que cumplieras su plan!

Van a avenir momentos mucho más intensos y tú vas a caminar con lo sobrenatural!

¿Con quien te identificas? ¿Con Jonatán o con Saúl escondido en la cueva?
Deja que Dios te use como un instrumento poderoso en sus manos. Grandes cosas verán tus ojos si lo sigues!

Tienes un don de Dios para darlo a otros. Estás situado en un lugar específico del Cuerpo de Cristo porque hay un maravilloso plan con tu vida. Pero primero es necesario arrepentirse del pasado, tal como Pedro y levantarse.

Desde el momento en que decidiste rendir tu corazón para servir a Jesús, has sido justificado y Dios quiere que seas un instrumento en sus manos! Y para ello te ha revestido de su naturaleza divina y estás siendo preparado para la victoria sobrenatural!! Perdona a quienes te han herido, aún perdónate a ti mismo si has fallado, pero ahora es tiempo de levantarse y cumplir con lo que Dios ha puesto en tu corazón
Por Dr. Claudio Freidzon
Texto: Romanos 12:3-5

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